Pastoreando el Reino de Dios

Encarnar el corazón y el espíritu de un pastor no es simplemente una vocación reservada para los padres; es una responsabilidad para todo creyente en Cristo Jesús. Es una misión para buscar y acercar a aquellos que se están alejando de Dios. Esta búsqueda surge del amor y del entendimiento de que el pecado conduce a la destrucción. Así como Dios cuida y guía tiernamente a los padres, los capacita para pastorear a sus hijos en el camino de la santidad.